
Los ácaros y sus excrementos son el principal causante de muchas de las alergias que sufrimos en nuestro hogar. Se alimentan de las escamas de la piel que desprendemos las personas y los animales.
Es esencial ventilar la casa y limpiar las superficies y materiales porosos tales como mantas, edredones, sofás... propensos a la proliferación de los ácaros. El control de la humedad ambiental es esencial ya que cuanta más humedad más ácaros, por eso es importante ventilar. En los casos en los que no sea posible ventilar, o donde se genere más humedad (al dormir en habitaciones cerradas), es conveniente usar un antihumedad o desumidificador para regular el nivel de humedad y así evitar la proliferación de los ácaros.
Cuanto más saneada este nuestra casa, más fácil será evitar que las alergias y el asma nos puedan llegar a afectar.